En los años 70, biólogos italianos introdujeron a cinco parejas de lagartos de espalda verde procedentes de la isla de Pod Kopiste, al sur del Adriático, en la isla vecina de Pod Mrcaru. Ahora un grupo internacional de investigadores demuestra los rápidos cambios evolutivos a gran escala que en menos de 40 años, una escala de tiempo muy corta, ha experimentado esta especie.
Según Duncan Irschick, de la Universidad Amherst de Massachussets y director de esta investigación, el cambio de hábitat al que fueron sometidos lagartos de la especie Podarcis Sicula ha producido importantes variaciones evolutivas que afectan no sólo a su estructura anatómica, sino también a su comportamiento, densidad de población y estructura social. «Se pueden apreciar diferencias en el tamaño de la cabeza y la forma del cuerpo, han aumentado la fuerza de su mordisco y han desarrollado nuevas estructuras en su tracto digestivo» explica Irschick.
Los investigadores viajaron a la isla dos veces al año desde el 2004 al 2006 y capturaron varios ejemplares. Las muestras de ADN tomadas confirmaron que los lagartos descendían directamente de los originarios de la isla de Pod Kopiste pero también apreciaron cambios de la morfología de la cabeza «debidos a una adaptación a una nueva fuente de comida» según Irschick. En la isla originaria se alimentaban principalmente de insectos pero en el nuevo ambiente existía una gran oferta de comida vegetal. Como resultado, los individuos de Pod Mrcaru tienen cabezas más grandes que sus parientes de Pod Kopiste «para tener una fuerza de mordisco superior, ya que las plantas son más fibrosas y necesitan ser masticadas para poder digerirlas», aclara el investigador.
Sin embargo, el examen de su tracto digestivo reveló algo todavía más sorprendente. «El comer más vegetales hizo que desarrollaran nuevas estructuras, concretamente válvulas cecales. Con esto pueden reducir la velocidad de paso de la comida usando «cámaras de fermentación» donde los microorganismos pueden digerir las partes más difíciles de las plantas y obtener así más nutrientes» explica Irschick.
Por otra parte, según los investigadores, el cambio de dieta también ha afectado a la densidad de población y a la estructura social de estos animales. Según Irschick «al proporcionar las plantas un aporte de alimentos más estable y predecible, hay más lagartos en Pod Mrcaru por unidad de área que en Pod Kopiste» y, como la obtención de comida vegetal es diferente a la caza, los lagartos ya no hacen defensa de su territorio. Por lo tanto, los investigadores concluyen que «según estos datos la evolución de estructuras novedosas puede ocurrir en extremadamente cortos periodos de tiempo».
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